Ubicación
Su descubrimiento se realizó en el centro poblado de Sipán, anexo de Saltur y perteneciente al distrito de Zaña; perteneció a la cultura Mochica que rendía culto al dios Aia Paec como divinidad principal, aunque también adoraron al mar y la luna
Su vestimenta
Tumba del Señor de Sipán junto a sus guardianes (cuyos pies fueron cortados)
En la vestimenta de este guerrero y gobernante que medía aproximadamente 1.67 m. y que falleció a los 3 meses de gobernar, destacan las joyas y ornamentos de la más alta jerarquía como pectorales, collares, narigueras, orejeras, cascos, cetros y brazaletes. Predominan en estas piezas el uso del oro, de la plata , del cobre dorado y de las piedras semi preciosas. En su sepulcro, se hallaron más de 400 joyas.
El collar de oro y plata es un símbolo religioso de los dioses principales, el Sol y la Luna. Al lado derecho del pecho, el collar era de oro y al lado izquierdo de plata. Simbolizaba la visualización de ambos dioses en el firmamento en un momento del día. Es decir, el perfecto equilibrio deseado, según la mitología mochica.
Sepultura
Debido a su alta jerarquía y a su poder semidivino, este gobernante fue sepultado junto con ocho personas, al parecer por las vestimentas y osamentas encontradas, su esposa y dos mujeres posiblemente concubinas, un jefe militar, un vigilante, un porta estandarte y un niño. Entre los animales encontrados habían un perro.
Debajo de la tumba del Señor de Sipán, se encontraron otras dos tumbas, la del sacerdote y más abajo, la del Viejo Señor de Sipán.
En aquella del sacerdote, se hallaron piezas que indicarían que sería uno de los principales personajes en la jerarquía religiosa de la Civilización Mochica. Este sacerdote, por los análisis de ADN efectuados, fue contemporáneo al Señor de Sipán. En las piezas que le acompañaban destacan como símbolos religiosos, la copa o el cuenco destinados a los sacrificios, una corona de metal adornada con un búho con sus alas extendidas y otros elementos para el culto a la luna.
El Viejo Señor de Sipán
Sin embargo, por los mismos análisis de ADN, se ha probado que con diferencia de cuatro generaciones, el Viejo Señor de Sipán era un antepasado directo del mismo Señor de Sipán, por lo que se podría pensar en una alta jerarquía hereditaria.
En su tumba se hallaron los restos de una mujer joven y una llama y los suntuosos atuendos llenos de oro y plata.
En base a los exámenes de ADN y arqueológicos realizados, se ha podido establecer las características fisionómicas del Señor de Sipán como el color de su piel, su tipo de cabello, pestañas, ojos y todos los rasgos que tuvo. Igualmente, se pudo establecer su edad, por lo que la reconstrucción realizada corresponde a aquella de este gobernante tal cual fue.